
Vuelve a la isla cubana después de la Revolución y rueda documentales como Gente en la playa. Abandona la isla al estar en desacuerdo con la forma que ha adoptado el régimen dictatorial castrista y sigue una exitosa carrera cinematográfica como director de fotografia en Francia. El cineasta fallece en Nueva York, en 1992 dejando huella en el mundo del cine-documental con un gran repertorio de obras.
A las 5 de la tarde se presentaba en el Paranimf del Rectorat de la URV el libro y DVD Conducta impropia, a cargo de Manuel Zayas y Orlando Jiménez Leal. A las 18.30 se proyectaban dos obras de homenajeado: Gente en la playa (1960) y Ritmo de Cuba (1960) y a las 19.30 empezaba el documental Conducta impropia co-dirigida por Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal en el año 1983.
Conducta Impropia es una producción francesa de les Films de Losange que revela las persecuciones sufridas por homosexuales y artistas cubanos. Pertenece al cine documental expositivo y retrata un momento histórico vivido en la isla en el contexto de la dictadura de Fidel Castro y de la presencia de las UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la producción). Una combinación de imagenes recurso históricas narradas por una voice over y testimonios reales, logra romper con el dirigismo evidente característico de las primeras películas documental. Aun así, el objectivo y posicionamiento político es claro: se pretende denunciar el régimen comunista de Castro y demostrar la existencia de campos de trabajo forzado para homosexuales.
Después de la Revolución Cubana y de la subida al poder de Castro, Cuba se convierte en una sociedad militarizada. Un fundamento básico del órden es la veneración a la virilidad, a la fuerza del hombre. Las mujeres, según su parecer representaban todo lo contrario, y los homosexuales, consuderados hombre afeminados, suponían un problema para el sistema. Se inició una persecución, encarcelamiento y un intento de “re-educación” o "re-sexualización” de estos supuestos “desviados”.
Esta obra es el primer film cubano que se asoma críticamente al problema social de esta represión castrista y narra los hechos desde un punto de vista muy humano. José Mario, Martha Frayde, René Ariza, Reinaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Juan Goytisolo, Susan Sontag, Ana María Simó y Heberto Padilla, son algunos de los protagonistas que prestan su experiencia personal para relatar la problemática de la persecución de aquellos que presentaban una “conducta impropia” en Cuba desde los años 60 hasta el éxodo masivo del Mariel, que tuvo lugar en 1980.
Por motivos evidentes, la obra no pudo rodarse en Cuba. Los directores contaban también con un presupuesto bajo. Ambos factores contribuyeron en la sencillez técnica de la grabación, ésta, sin embargo, no limita la obra y resulta incluso apropiada. Las imágenes de archivo esbozan bien una época y los planos cerrados realizados en las entrevistas de los personajes crean secuencias expresivas y de cercanía entre el espectador y los acontecimientos. Almendros describe la sencillez como un fin buscado en esta producción:
A condición de que la lente capte la expresión de los rostros de una manera sencilla y total. Quiero decir de frente, no de perfil, no de tres cuartos. A condición de que la iluminación y los ángulos sean naturales y sin efectos… El montaje fue presidido también por la ley de la sencillez…
La película se crea el año 1983, coincidiendo con las tendencias cinematográficas de la teoría Queer, que arrancaron a principios de los 80. La homosexualidad hasta entonces no tenía cabida en el cine. Esta teoría pretende sacar a la luz la homosexualidad que, hasta el momento estaba estigmatizada y clasificada como “desviación”. Se pretendía acabar con los prejuicios homófobos, denunciar la heterosexualidad compulsiva y lograr una autorrepresentación compleja, diversa y matizada de los gays. Con una representación normalizada de la homosexualidad en la pantalla, se buscaba acabar con las opiniones de que la homosexualidad era una “conducta impropia”.
A las 5 de la tarde se presentaba en el Paranimf del Rectorat de la URV el libro y DVD Conducta impropia, a cargo de Manuel Zayas y Orlando Jiménez Leal. A las 18.30 se proyectaban dos obras de homenajeado: Gente en la playa (1960) y Ritmo de Cuba (1960) y a las 19.30 empezaba el documental Conducta impropia co-dirigida por Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal en el año 1983.
Conducta Impropia es una producción francesa de les Films de Losange que revela las persecuciones sufridas por homosexuales y artistas cubanos. Pertenece al cine documental expositivo y retrata un momento histórico vivido en la isla en el contexto de la dictadura de Fidel Castro y de la presencia de las UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la producción). Una combinación de imagenes recurso históricas narradas por una voice over y testimonios reales, logra romper con el dirigismo evidente característico de las primeras películas documental. Aun así, el objectivo y posicionamiento político es claro: se pretende denunciar el régimen comunista de Castro y demostrar la existencia de campos de trabajo forzado para homosexuales.
Después de la Revolución Cubana y de la subida al poder de Castro, Cuba se convierte en una sociedad militarizada. Un fundamento básico del órden es la veneración a la virilidad, a la fuerza del hombre. Las mujeres, según su parecer representaban todo lo contrario, y los homosexuales, consuderados hombre afeminados, suponían un problema para el sistema. Se inició una persecución, encarcelamiento y un intento de “re-educación” o "re-sexualización” de estos supuestos “desviados”.
Esta obra es el primer film cubano que se asoma críticamente al problema social de esta represión castrista y narra los hechos desde un punto de vista muy humano. José Mario, Martha Frayde, René Ariza, Reinaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Juan Goytisolo, Susan Sontag, Ana María Simó y Heberto Padilla, son algunos de los protagonistas que prestan su experiencia personal para relatar la problemática de la persecución de aquellos que presentaban una “conducta impropia” en Cuba desde los años 60 hasta el éxodo masivo del Mariel, que tuvo lugar en 1980.
Por motivos evidentes, la obra no pudo rodarse en Cuba. Los directores contaban también con un presupuesto bajo. Ambos factores contribuyeron en la sencillez técnica de la grabación, ésta, sin embargo, no limita la obra y resulta incluso apropiada. Las imágenes de archivo esbozan bien una época y los planos cerrados realizados en las entrevistas de los personajes crean secuencias expresivas y de cercanía entre el espectador y los acontecimientos. Almendros describe la sencillez como un fin buscado en esta producción:
A condición de que la lente capte la expresión de los rostros de una manera sencilla y total. Quiero decir de frente, no de perfil, no de tres cuartos. A condición de que la iluminación y los ángulos sean naturales y sin efectos… El montaje fue presidido también por la ley de la sencillez…
La película se crea el año 1983, coincidiendo con las tendencias cinematográficas de la teoría Queer, que arrancaron a principios de los 80. La homosexualidad hasta entonces no tenía cabida en el cine. Esta teoría pretende sacar a la luz la homosexualidad que, hasta el momento estaba estigmatizada y clasificada como “desviación”. Se pretendía acabar con los prejuicios homófobos, denunciar la heterosexualidad compulsiva y lograr una autorrepresentación compleja, diversa y matizada de los gays. Con una representación normalizada de la homosexualidad en la pantalla, se buscaba acabar con las opiniones de que la homosexualidad era una “conducta impropia”.
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